Conocemos los riesgos cibernéticos a los que están expuestas empresas, instituciones, consumidores y/o usuarios. El crecimiento de las amenazas a las que se enfrentan ha crecido exponencialmente en los últimos años, y los daños derivados de un ciberataque suponen un gran coste económico, empresarial e incluso reputacional para cualquier agente que opera en el mercado.

Nuestro principal objetivo es garantizar la seguridad cibernética de nuestros clientes y mitigar los potenciales riesgos a los que se enfrentan diariamente, estableciendo las medidas adecuadas de protección y adaptándolas a las necesidades concretas de cada compañía.

Nuestra experiencia en la materia permite centrarnos en las tres líneas de actuación siguientes:

1. Auditoria de vulnerabilidades: consistente en el análisis previo del modus operandi digital de la compañía, los potenciales riesgos a los que se enfrenta, la detección de estos y la subsanación de la brecha de seguridad cibernética existente.

2. Sistemas técnicos de protección: el objetivo clave es garantizar la confidencialidad, disponibilidad e integridad de la información que se maneja, incluyendo sistemas de seguridad en la nube o la red, sistemas de cifrado y red, detección y prevención de intrusos, antivirus, gestión de identidad y acceso, entre otros.

3. Reacción en caso de ciberataque: el propósito principal en estos casos es recuperar la actividad empresarial lo antes posible, reestableciendo la actividad, rehabilitando los daños materiales ocasionados en los sistemas informáticos e instalación de nuevos sistemas de seguridad informática para evitar futuros ataques.

Adicionalmente, la legislación actual exige a todos los niveles que los agentes que operen digitalmente cumplan con unos requisitos normativos. Por el ello, realizamos compliance de ciberseguridad, estableciendo un manual de actuación interna y protocolo de seguridad informática que permite a los diferentes agentes económicos actuar con mayor seguridad jurídica en el mercado.